El Atypical es un local de los denominados 360º.Dan desde desayunos por la mañana, hasta copas por la noche. Puedes tomar un vermut tras salir del trabajo, comer, picar algo a media tarde, o cenar.
No paran. Lo que más llama la atención del local es su decoración. Hay detalles por todos lados. Cajas de bebidas, utensilios de cocina, antigüedades, muebles de época, libros, y su detalle más llamativo son las sillas. Son butacas supercómodas, y no hay dos iguales.
Este afán por la decoración también se nota en la vajilla, la cristalería y la cubertería, que además de tener una bonita presencia, es de excelente calidad.
Acudimos a comer al local un día de diario cinco amigos. Tras una espera un poco más larga de lo habitual vino el camarero a atendernos. No existe carta como tal, te cuentan a viva voz, (como se hacía antaño), lo que tienen ese día según el mercado. Nos sugirió ensaladilla, chipirones, huevos rotos con atún rojo, y unas croquetas de jamón ibérico.
Las croquetas sin pena ni gloria, claramente no las hacen ellos, rebozado crujiente, cremosidad insuficiente y no sabían casi a jamón. Desde luego no las volvería a pedir. Los chipirones estaban deliciosos, tenían el color rosa que da la piel, que demuestra su extraordinaria frescura. El sabor a mar y la textura, firme y delicada a la vez, hacen de este plato un gran plato. La ensaladilla…. Para mí no lo era. Patata aplastada con mayonesa de aceite de oliva (con el sabor amargo que deja), acompañado de langostinos, cortezas de trigo y caviares varios… no es ensaladilla. Ni por sabor, ni por ingredientes, ni por presentación ni por textura. Para mí un plato fallido. Quizá no lo deberian llamar ensaladilla… sino “ensalada atypical” porque nombrar un plato como algo de lo que el cliente tiene una referencia cultural y salirte de ahí provoca, la mayor parte de las veces, decepción. Por último, nos trajeron dos huevos rotos con patatas y atún, cuando se había pedido uno solo, aduciendo que eran muy pequeños. El plato es patata cocida (no frita) con un huevo que te rompe el camarero en la mesa y con atún en dos preparaciones crudo y marinado. Sin entrar en la calidad del atún… que no era atún rojo para nada, el plato resultaba fallido porque el marinado del atún, a base de sésamo y soja, se llevaba todo por delante.
De segundos pedimos dos entrecots de Aberdeen angus (la otra única opción era pluma ya que al ser lunes no había pescado) La carne es buena, incluso, muy buena. Sin embargo se pidió poco hecha y una llegó poco hecha pero la otra llegó al punto. Como llevábamos ya más de dos horas en el restaurante aceptamos el punto recibido, ya que devolver el entrecot hubiese supuesto una larga espera.
De postre probamos un cremoso de arroz con leche, y una pirámide de tres chocolates. La pirámide estaba bastante buena, el arroz para mí estaba demasiado dulce, aparte de que no me termina de convencer un arroz con leche caliente, que es como sirven este postre.
Sin duda fue una experiencia con luces y sombras. El local es acogedor, la atención del personal es cercana y profesional, y la calidad de parte del producto es buena. Sin embargo el ruido del local es ensordecedor, agravado porque de repente, de algún electrodoméstico de la cocina, sale un pitido que se mete en la cabeza. Tardamos casi tres horas en comer, ese tiempo es lo que se tarda en Diverxo, pero te hacen 25 pases, no cuatro (primero, segundo, postres y cafes). No tienen carta de vinos, le sugieres que tipo de vino buscas y el sumiller te trae dos o tres para que elijas uno.¿ De que me vale que un restaurante tenga 300 referencias si sólo puedo acceder a tres? Y por último el hecho de que la carta de comida sea dictada, te impide saber de antemano por cuanto puede salir la comida. Al final teniendo en cuenta que tomamos 5 primeros, pero no tomamos ni 5 segundos, ni 5 postres, el ticket medio fue de 36 euros sin vino, lo cual me parece un poco caro para lo que comimos. Creo que por todo ello sólo puedo clasificarlo en correcto, ya que la calidad de sus productos no le hacen acreedor de menos nota, pero sus deficiencias le alejan bastante del excelente.