Viernes, 13 Octubre 2017 20:53

Aponiente

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La Sirena

De-autor Cadiz michelin

 En esta ocasión tuve el privilegio de acudir a comer al Templo del Chef del Mar. Emulando el comienzo de sus programas de televisión:

.- Hace muchos siglos Poseidón le comentó a Zeus: “Igual que Hércules te hizo grande a los ojos de los Dioses y de los hombres un día aparecerá uno de mis hijos y todos lo conocerán como EL CHEF DEL MAR, y hará que todos los hombres entiendan mi reino y lo amen.”

 

El chef Ángel León no era un desconocido para mí. Yo he llegado a comprender al mar y a amar aún más a sus criaturas gracias a los documentales de Ángel León, sus libros, sus charlas… por ello, cuando por fin me pude permitir acudir al Templo de Poseidón esperaba ver el inmenso amor que destila hacia los productos marinos. 

Textura Blanda 1Esperaba comer urta, lisa, pintarroja, lubina de despesque, moluscos, crustáceos, algas, salicornia y otras plantas playeras e incluso plancton… y seguramente lo comí pero no me enteré. 

El local es increíble, el personal atento, la propuesta atrevida, los platos numerosos… pero desde mi punto de vista falta lo principal. Producto, producto, producto. Hace tiempo a un sabio donostiarra conocido por su buen hacer con el rodaballo le escuché la definición de cocina que más me ha gustado: “Se trata de comprar bien y no estropearlo”

Yo entiendo que en los triestrellados el precio está justificado, aparte de por el local y el servicio, porque existe un producto de excelente calidad y una técnica vanguardista que hace que comer sea más una experiencia de descubrimiento que un acto nutricio.

ConsomeLlegamos al local, un impresionante edificio que fue un molino de mareas. Ya el recibimiento fue extraño… en la carretera, antes de entrar siquiera al edificio, se nos para en seco y cual control policial se nos interroga sobre el nombre de la reserva… si todo hubiese sido eso, sería aceptable aunque un poco agobiante, pero es que nada más entrar, tres pasos después, otro amable recepcionista nos vuelve a preguntar. Después del doble checking un tercer recepcionista, que iba a llevarnos a una sala para tomar los aperitivos, nos hizo una observación acerca del calzado informal, unas sandalias de vestir, de uno de los 4 comensales. Por cierto, tanto él como su pareja iban con sandalias sin embargo el rapapolvo sólo se lo llevó él… eso para mí es discriminación por razón de sexo. Ante nuestra observación de que nada dice la página web, ni se nos comunicó nada en el momento de la reserva, y únicamente se había recibido un SMS esa misma mañana cuando ya nos dirigíamos al restaurante, el recepcionista nos dijo que no se prohibía entrar a nadie pero que seguramente nuestro acompañante se sentiría mal al ver al resto de los caballeros calzados. 

La salaUna vez sentados en la sala de recepción, (una especie de mesa comunal compartida con otros comensales que iban a ser compañeros de viaje) se nos ofreció una serie de aperitivos. Una esferificación de plancton, una yema rellena, un merengue relleno de urta, un cangrejito (coñeta) que se comía con su caparazón y todo, y una tortillita de camarones sobre una cama de salicornia. En principio un recibimiento correcto, incluso te hacen una gracia con un alga de presentación que te dicen que está cruda y no te la comas que después podrás degustarla (no volvimos a ver ni algas ni salicornias).

Tras los aperitivos nos llevan al comedor principal. Al atravesar el pasillo vimos el molino, con numerosos detalles que remiten a la temática marina, caparazones de erizo de mar gigantes, paneles imitando escamas, un trono muy particular, el muñequito de michelín adaptado al local que representa... la cocina abierta, donde se ve también un armario de curado de embutidos marinos, y nos hicimos una foto con Ángel León, el capitán, antes de zarpar. 

mayonesa con plancton 1Después pasamos al comedor, donde las mesas están elegantemente vestidas con bajomantel hasta el suelo (lo cual es relevante ya que impide que NADIE vea si tienes zapatos, sandalias o vas directamente descalzo y por tanto convierte en innecesario el momento tenso de la entrada), sillas con estilo marino y un amarre en la mesa con unas sogas con los menús. Tras decidir tomar el menú largo porque incluía tres platos más, (uno de los cuales era una cigala con jugo marino… lo cual sonaba estupendamente), zarpamos en una travesía que parecía ser muy interesante.

Mayonesa con Plancton 3No voy a detallar los platos para no descubrir técnicas, ni reventar la sorpresa a navegantes que decidan ir. Pero el sentimiento general fue que no había ni producto, ni elaboración, ni presentación. Se abusaba de las texturas blandas: sopas, caldos, cremas o flanes, todo con un excesivo sabor salino y yodado. Plancton hasta en el pan y casi todo el producto triturado o texturizado con lo cual muy poco trabajo de masticación. 

Y claro el problema de que todo te lo comas tan blando es que hay una “predigestión” en la cocina y la sensación es que sales menos satisfecho que de otros templos de esta categoría. En los pocos platos donde existía un producto, abalón, ostión... éste no brillaba en absoluto demostrando la poca delicadeza de los emplatados que desde luego no son dignos de un tres estrellas michelín.

PuntillonSi el material que se usa es de bajo coste (pescado de descarte, pescados muy espinosos y que no se comercializan por ello, pescado de estero...) y la elaboración no aparece en el plato y se utilizan técnicas desfasadas como el consome de tomate o el pastel de pescado tipo tocinillo... ¿Qué justifica el elevado precio? Lo triste es que NADA justifica lo elevado de la cuenta. Simplemente pagas la inversión realizada por el anfitrión en personal, local, vajilla... como en un museo. Pagas la entrada por la visita pero desde luego una experiencia gastronómica no es lo que te ofrecen a cambio. No son conscientes, o si lo son les da igual, del esfuerzo económico que realizamos las personas, evitando otro tipo de gastos durante un largo tiempo para poder permitirnos el capricho de acudir a éste tipo de restaurantes.

La Cigala de pegaÚnicamente voy a contaros que un plato que determinó la elección del menú largo fue la cigala, pan y jugo marino. Pues bien, era un bollo de pan frito (estilo pan chino) con unos ojos y un pico de una cigala y una sopa con sabor a crustáceos. Después de estar salivando durante toda la comida para poder llegar a degustar una cigala engalanada por el saber hacer del chef del mar... era una ilusión... cigala no había. ¿Qué restaurante es ese donde el personal se come la cigala y el cliente paga por un pan disfrazado de cigala? Un plato con claro sabor a decepción.

detalle pancigalaPero lo más divertido de todo es que a la entrada te dan un detalle para que recuerdes la visita... y el mensaje no puede ser más claro “no te enamores de una sirena”. Al menos son honestos... “viajero lo que aquí te ofrecemos son cantos de sirena” 

Como colofón, en la sobremesa, cuando la mayor parte de la sala estaba vacía, cuatro señores se pusieron a hacer algo en una mesa auxiliar pero no dejaban de mirar a las mesas que quedábamos en sala... con lo cual nos sentimos invitados a marcharnos. Eso no me ha pasado en ningún otro tres estrellas.

En definitiva, si lo que buscas es un servicio amable, un entorno agradable, unas vistas bonitas, y poder contar que has estado en el restaurante del chef del mar y has probado embutido marino, plancton, y cochinillo marino... no dejes de ir. Pero si lo que pretendes es tener una experiencia gastronómica sorprendente con sabores, texturas, técnicas y emplatados que justifiquen las tres estrellas... yo creo, desde mi humilde opinión, que aquí no lo vas a encontrar. Por ello de los 11 triestrellados españoles para mí éste ocupa el lugar 11.

 

Información adicional

  • Precio medio p/persona: más de 100€ (sin vino)
Leído 1478 veces Modificado por última vez en Jueves, 01 Noviembre 2018 07:44
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Desde que tengo recuerdos, siempre has estado a mi lado, e incluso antes de lo que puedo recordar. En tu nombre y siempre junto a ti he vivido; y muchas son las vivencias en las que siempre apareces. No hay día en que no piense en ti, y si un día no te he visto... no ha sido lo mismo.


Por ello, hoy, creo que estoy preparado para reconocer la importancia que tienes en mi vida, es más, reconozco que sin ti no entiendo la vida. Y por ello quiero publicar este blog para que todo el mundo lo sepa.

LoGourmet